El presupuesto no sólo es una contabilidad del dinero que realmente ingresa y sale de nuestras manos (lo cual se llama flujo de efectivo); es un plan detallado de cómo queremos gastar el dinero durante un determinado periodo de tiempo en el futuro (una semana, quincena, mes o año, por ejemplo).
Para elaborar un presupuesto, uno debe primero contabilizar su flujo de efectivo y sus obligaciones financieras.
FLUJO DE EFECTIVO
El flujo de efectivo es la suma del dinero que ha entrado y ha salido de nuestras manos durante un periodo de tiempo. El dinero que entra se llama “ingresos”, y el dinero que sale o se gasta se llama “gastos”. El flujo de efectivo siempre termina en déficit (deuda), superávit (ahorro) o equilibrio, y al conocer este resultado final, la actividad de presupuestar consiste en hacer pequeños o grandes ajustes en su plan de gastos para que los ahorros sean mayores o los gastos sean adecuados para lograr sus metas personales.
METAS FINANCIERAS
Para lograr la independencia financiera, es importante tener muy claro sus objetivos personales de corto y largo plazo, los cuales nos ayudan a presupuestar para alcanzar metas financieras específicas.
Los objetivos personales pueden ser de largo plazo, como casarse, tener hijos, comprar una casa, poner un negocio, negociar un mejor salario, mejorar su nivel de educación o el de sus hijos, jubilarse, poder cuidar de sus padres en su vejez, etc.
También los objetivos personales pueden ser de corto o mediano plazo, como comprar un electrodoméstico
nuevo, estudiar una carrera, o tomar unas vacaciones.