Los beneficios de presupuestar empiezan con el control que uno siente y tiene al tomar conocimiento de su flujo de efectivo y crear un plan que represente sus prioridades personales.
Resulta más fácil tomar decisiones cuando uno tiene una guía de cómo utilizar su dinero. Si uno no planifica sus gastos de antemano, es más fácil gastar más de lo que le ingresa e incurrir en deudas, o no priorizar sus gastos y no poder aprovechar las ofertas/promociones.
Otro beneficio de presupuestar es progresar hacia las metas que uno tiene, como las metas de ahorro. Si uno no tiene un presupuesto, es muy difícil ahorrar con regularidad. También, es probable que esté mal preparado, sin ahorros suficientes ante las emergencias, los eventos inesperados, y las oportunidades de inversión que se nos puedan presentar.
A medida que uno vaya cumpliendo con su presupuesto, disfruta cada vez más de la independencia financiera.
Además, uno quedaría en un estado de dependencia, sin control sobre sus propios recursos, y sin la esperanza de poder planificar su futuro.