Si la persona tiene deudas, salir de ellas, o al menos manejarlas responsablemente –es decir, cumpliendo con todas las obligaciones pendientes– debería incluirse dentro de las metas financieras y el presupuesto.
Hay varias formas de planificar saldar deudas. Muchos recomiendan empezar por la más pequeña, ya que en el corto plazo traerá un flujo de dinero disponible.
Cuando existe una deuda muy cara (que tiene un interés mensual alto), se recomienda también empezar por ésta, ya que el ahorro en el largo plazo será mayor.
Las deudas de inversión pueden además mantenerse más tiempo (por ejemplo, la de un carro, una casa o un lote). Muchas de ellas además tienen tasas de interés más bajas.
Deshacerse de las deudas de consumo lo más pronto posible puede ser una excelente meta financiera. Éstas incluyen deudas con tiendas (por compras de electrodomésticos, teléfonos o similares) y tarjetas de crédito. Estas deudas suelen tener intereses altos.